Novena de Navidad - Día 5
En este tiempo cercano al nacimiento del Redentor del mundo, esta Novena se ofrece como ayuda para que cada hermano tenga, a través de la palabra de Dios, una oportunidad de interiorizar su relación con Dios y el prójimo.
Lectura: Isaías 61, 1-3
El espíritu del Señor Yahvé está sobre mí, por cuanto me ha ungido Yahvé. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia de Yahvé, día de venganza de nuestro Dios; a para consolar a todos los que lloran, para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de espíritu abatido.
Se les llamará robles de justicia, plantación de Yahvé para manifestar su gloria.
Palabra de Dios
Reflexión
Esta palabra se cumple en Jesucristo, Él es quien posee el Espíritu de Dios, porque Él mismo es Dios.
La profecía hace presente también que, Dios nos elige con nuestras debilidades para mostrar su amor. Todo lo que hasta ahora ha sido vergüenza para el hombre, El, por su gracia, lo convierte en gloria a través de su Hijo Jesucristo, como dice San Agustín: “;OH feliz!, culpa que mereció tan grande redentor”.
"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados”. (1Jn 4, 10).
* Del libro Novena de Navidad (Juan Carlos Fernández E.)
